Meninas e Infantas de Antonio Prats-Ventós

Por María Ugarte

Justamente el día en que Antonio Prats-Ventós inaugura una exposición en la Ciudad de los Artistas, en medio del maravilloso escenario natural de Altos de Chavón, el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid deja abierta otra gran muestra de este escultor dominicano. Y en el Cabildo Insular de Las Palmas de Gran Canaria, territorio español que geográficamente forma parte del continente africano, se mantiene en exhibición desde hace algo más de un mes otra colección de obras de este fecundo artista nuestro.

El hecho de que simultáneamente se presenten en América, Europa y África ejemplares de la producción de Prats-Ventós, testimonia la universalidad de su obra.

Para la exposición destinada a la Ciudad de los Artistas, Prats-Ventós ha seleccionado una singular temática que encuadra y armoniza con el ambiente hidalgo y antañón de este conjunto arquitectónico: las figuras gráciles, frescas y delicadas de Las Meninas, encantadores personajes de la corte de los Austria que dentro de su empaque señorial y su rígida indumentaria revelan en el gesto apenas insinuado y en los rasgos levemente sugeridos, la picardía y el salero propios de la infancia y de la juventud de todos los tiempos.

Las Meninas han sido creadas por el artista en imágenes de bulto —29 en madera y una en bronce— y en bajorrelieves obtenidos a base de grabados en una superficie plana de madera. Sobre los relieves, el artista ha aplicado laca de vivos y contrastantes colores; un trabajo este fundamentalmente escultórico en el que se han logrado certeros efectos de volumen y un acentuado carácter plástico.

Confiesa Prats-Ventós que la elaboración de Las Meninas –tanto las de bulto como los relieves– ha constituido para él una experiencia inolvidable y ha sido motivo de gozo y diversión.

Este escultor acostumbra compartir su labor creadora con la materia que trabaja —que le dicta normas— y con las criaturas salidas de sus manos. Conversa con ellas, las escucha, les otorga cualidades humanas, sensibilidad e inteligencia. Y en este caso, Las Meninas fueron para él a modo de duendecillos que revoloteaban a su alrededor, inspirándole una expresión traviesa, dictándole un movimiento grácil, mofándose cuando lo sentían indeciso ante una forma o tímido frente al uso de un color.

En ese círculo mágico, en esa atmósfera de vivencias extrañas y pretéritas, Antonio Prats-Ventós, transportado con la imaginación a la corte que inmortalizó Velázquez, ha vivido quizás una de las experiencias más deliciosas de su trayectoria artística.

Aquí, en Altos de Chavón, donde la naturaleza ofrece el regalo de un paisaje impresionante –montaña, río, mar–, Las Meninas, distinguidas, donairosas y pícaras, agregan al conjunto un elemento de gran valor estético y humano que dejará en todo el que las contemple una sensación de alegría sana, de ingenuidad y gracia.


Altos de Chavón, La Romana, R. D. 27 de noviembre de 1980. Impresora: Amigo del Hogar. Santo Domingo, R. D. Fotos: Onorio Montás.

Anterior
Anterior

Prats-Ventós. Exposición Homenaje. XIV Bienal de Artes PlásticasPrats-Ventós. Escultor

Siguiente
Siguiente

Antonio Prats-Ventós. Colección La Selva